En la actualidad, la hipersensibilidad en nuestra sociedad está dando lugar a una censura preocupante que limita la libertad de expresión en el arte y la cultura. La más que justificada obsesión por la inclusión y la ética está derivando de forma oportunista en una especie de censura refinada en nombre de la moralidad, llegando a etiquetar ridículamente de pornográficas las obras de arte clásicas. Las redes sociales y plataformas digitales, que deberían ser espacios de libertad de expresión, se han convertido en herramientas de esta censura encubierta.
Una censura que afecta especialmente a los creadores y artistas, encorsetando su producción artística y su libertad creativa. Además, resulta paradójico que en una sociedad que se enorgullece de ser intelectualmente hipersensible, se esté desarrollando una censura que no favorece en absoluto el desarrollo crítico y creativo. Es fundamental tener en cuenta el impacto negativo que la censura tiene en la sociedad en general.
Es vital el fomento de la tolerancia y el respeto mutuo sin que por ello perdamos la capacidad de ver, observar y cuestionar el mundo y la realidad que nos rodean.

Ilustración. Juan Esteban

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